11 de octubre de 2018

Poner límites a los niños

Los niños necesitan diferentes tipos de ayuda de sus padres. Además de grandes dosis de amor, consuelo, buenos momentos y aliento, también necesitan que se fijen los límites, para que sepan lo que está bien y lo que no está bien hacer. ¡Necesitan normas! Pero al ponerles normas, los niños también requieren que se les ayude a cumplir con ellas, y esa es la clave para establecer límites sólidos.

Poner límites contiene tres ingredientes principales:

  1. Claridad - que el niño reciba un mensaje simple y claro sobre el límite que se está estableciendo.
  2. Cuidado- que el niño sea cuidado en sus reacciones emocionales al establecimiento de límites.
  3. Explicación - que el niño recibe una explicación ajustada de por qué se estableció el límite.

Establecer límites a menudo conduce a reacciones emocionales tanto en el niño como en el adulto. Por lo tanto, puede ser difícil establecer límites de una manera que no conduzca a conflictos innecesarios y experiencias dolorosas. Al mismo tiempo, a veces fracasamos como padres en el establecimiento de límites - y eso está bien. Cuando notes que no has establecido los límites de una manera suficientemente buena, puedes plantearte si quieres disculparse con tu hijo por la manera en que manejaste la situación.  Si quieres leer sobre cómo disculparte de una manera emocionalmente sana, puedes hacer clic aquí.

He aquí algunos consejos que pueden ser útiles en el establecimiento de límites.

Aprende Coaching Emocional

Incluso aunque establezcas los límites perfectamente, tu hijo probablemente tendrá reacciones emocionales al recibir los límites. Podemos manejar estas reacciones emocionales con coaching emocional, al mismo tiempo que se mantienen los límites.  Haz clic aquí para obtener información sobre el coaching emocional.

Escoge tus batallas

Si tienes demasiadas reglas y límites, se convierte en un trabajo de tiempo completo el establecerlos y conseguir que el niño los cumpla, dejando poco espacio para las otras cosas importantes en la crianza de los hijos. Mira a ver si puedes aumentar tu conciencia de cuáles son los límites y reglas importantes, y cuáles puedes dejar pasar.

Sé específico

A muchos padres les cuesta ser específicos al comunicarse con sus hijos sobre los límites. Por ejemplo, muchos padres usan las frases: "¡Cuidado!", "No hagas tanto lío", "¡Deja eso!" Para los niños, estos mensajes no son claros y fácilmente comprensibles. Carecen de especificidad sobre qué hacer en realidad. Por contra, se específico sobre lo que quieres que tu hijo haga o no haga. Por ejemplo, si tu hijo lleva demasiados objetos y se le podrían caer al suelo, di por ejemplo: "Quiero que dejes el vaso antes de continuar." o,"Quiero que pongas los zapatos en el estante, por favor."

Trata de ser consistente

Muchos padres lanzan muchas reglas y límites, sin seguirlas ellos mismos. Si nosotros, como padres, establecemos reglas y límites sin cumplirlos, puede ser confuso para los niños. En lugar de ello, escoge menos reglas y síguelas.

No seas rígido

Los límites son una guía, no una demostración de poder. Si ves que tu hijo no es capaz de cumplir las reglas, y te metes en luchas de poder innecesarias, mira a ver si puedes encontrar un punto medio con el niño, encontrando una solución que mantenga algunos límites importantes, mientras que al mismo tiempo el niño tiene una palabra. Por ejemplo, si usted ha establecido un límite de un vaso de refresco y su hijo está cansado y "con muuuucha sed", entonces di: "Dije un vaso, pero como tienes tanta sed, puedes tomar un poco más hoy".

Procura que tu hijo no se sienta derrotado

Especialmente para los niños mayores, puede resultar humillante cuando los padres establecen límites. Con el aumento de la edad, los niños deben poder opinar más sobre los límites y las reglas. Y aunque sigue siendo importante ponerles límites, también es importante que el niño vaya practicando poner sus propias reglas. Necesitan no sentirse impotentes y avergonzados, y necesitan practicar cómo influir su entorno y sentir su autoafirmación. La mejor manera de procurar que no se sientan humillados es reconocerles que son más grandes y pueden decidir más por sí mismos, al mismo tiempo que comunicas tus preocupaciones y mantienes los límites importantes.

¡Respira! Y habla de ello después

No perdiste aunque no se respetaran los límites. Especialmente con los adolescentes, es importante saber que los límites serán puestos a prueba. Si la situación se intensifica, respira y toma un descanso. Los niños aprenden mucho acerca de los límites al hablar de ellos después de que el enfado ha emergido y se ha manejado. Recuerda que los límites no se refieren a cada ocasión, sino a cómo se resuelve en el futuro. Es más fácil hablar de límites en tiempos de paz. Y siempre tienes una segunda oportunidad!

Conoce tu estilo de crianza

¿Tiendes a ser demasiado permisivo o demasiado rígido? Sé consciente de tus tendencias y trabaja con tus propios límites en torno a este tema. Quizás otros ejercicios de esta página puedan ser de utilidad, por ejemplo: Mi estilo de crianza e interacción con mi hijo.