21 de agosto de 2018

Contacto con tus emociones

Estar en contacto con tus emociones significa saber cuándo sientes algo y saber escuchar lo que tus sentimientos están tratando de decirte acerca de tus necesidades. Afortunadamente, nuestras emociones funcionan solas, así que no tenemos que estar todo el tiempo tratando de entenderlas. Durante un día normal, tus emociones están operando en segundo plano, ayudándote a lidiar con pequeños y grandes eventos en tu vida. En otras palabras, nadie está constantemente en contacto deliberado con sus emociones. Y nadie sabe en todo momento lo que sus emociones están tratando de decirle.

Estar en contacto con las emociones significa más bien que puedes ponerse en contacto con tus sentimientos cuando sea necesario. Si algo importante sucede, pero no sabes realmente lo que estás sintiendo y lo que necesitas, entonces es útil notar tus emociones y ser capaz de ser más consciente de lo que necesitas hacer para manejar la situación.

Por ejemplo, si te encuentras en un conflicto difícil en tu lugar de trabajo, saber lo que sientes te ayudará a entender qué hay en el conflicto que es difícil para ti. Al mantenerte en contacto con tus emociones, es más probable que manejes tus propias necesidades y que tomes buenas decisiones tanto para ti como para tus colegas. Si tienes dificultades para ponerte en contacto con tus sentimientos, lo más probable es que el conflicto conduzca a un resultado desfavorable para ti y tus colegas.

De una manera simplificada, el contacto con tus emociones trata de cinco cosas: 1. ser capaz de notar que sientes algo, la mayoría de las veces en el cuerpo; 2. permitir que esos sentimientos estén ahí sin sentirse abrumado, incluso cuando las emociones sean dolorosas; 3. averiguar cuál es la necesidad incrustada en lo sentido; 4. encontrar palabras y expresar la emoción, y 5. usar toda esta información como una brújula para saber qué hacer en esa situación específica.

Es doloroso no estar en contacto o no entender tus emociones. A menudo te deja perplejo, confundido, abrumado o incluso embotado y agotado. Además, el no estar en contacto con tus emociones aumenta las posibilidades de una toma de decisiones más pobre.