21 de agosto de 2018

Dormir

En la Terapia Focalizada en la Emoción vemos la mayoría de las dificultades con el sueño como un síntoma de algún problema emocional. Puede ser que tengas necesidades emocionales importantes que no están cubiertas, por lo que tu cuerpo reacciona ante ellas, creando malestar, rumiación o ansiedad que te impide dormir bien por las noches.

Por ejemplo, si luchas con la ansiedad, es difícil para el cuerpo entrar en un estado de descanso, y será difícil quedarse dormido, te despertarás en medio de la noche, o tu ritmo natural de sueño se interrumpe. Esto se debe a que la ansiedad produce hormonas del estrés como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina en el cuerpo.

También es común que las emociones sin procesar den a tu mente mucho de qué preocuparse o rumiar. Por ejemplo, podrías estar preocupándose mucho por el futuro, lo que podría suceder, los desastres y las relaciones. O puede ser que estés rumiando sobre el pasado, tratando de entender por qué las cosas sucedieron como lo hicieron, criticándote a ti mismo o tratando frenéticamente de encontrar una solución a cómo pueden mejorar las cosas. Estos pensamientos hacen que sea difícil quedarse dormido por la noche o volver a dormirse si te despiertas temprano o durante la noche.

Así que en la Terapia Focalizada en las Emoción, además de dar consejos sobre la higiene del sueño y las rutinas, tratamos de explorar los sentimientos con los que se está estilizando y tratamos de darle sentido para que puedas lidiar con las necesidades emocionales que puedas tener. Esto significa entrar en las emociones que sientes y manejarlas de manera nueva.