Las memorias emocionales dolorosas pueden ser cambiadas. Las memorias emocionales consisten en redes en el cerebro y en el cuerpo. Investigaciones recientes muestran que cuando tales redes se activan, también pueden ser cambiadas añadiendo nuevas experiencias emocionales. Digamos por ejemplo que has crecido en un ambiente inseguro con un padre amenazante. El recuerdo de él siendo amenazante existe como una red en su cerebro y cuerpo.
Hablando de lo que pasó, de cómo fue para ti crecer allí y contactando con los recuerdos emocionales que se formaron en ese momento del pasado, podemos activar la red que es tu memoria emocional. De esta manera, podemos acceder a tus necesidades emocionales en ese momento, por ejemplo, la necesidad de seguridad y protección. Entonces puedes tener acceso al enfado asertivo contra tu padre que te maltrató, e incluso activar la compasión hacia ti mismo como un niño inseguro y desprotegido. Las emociones de enfado asertivo y autocompasión tienen el potencial de cambiar la memoria emocional, por lo que ya no te experimenta a ti mismo como inútil o indigno. Es como si hubieras reconectado un cableado importante dentro de tu cerebro y tu cuerpo.
Otros ejemplos de cambios típicos consisten en enfrentarse a alguien que te ha intimidado o criticado, sentir enfado y tristeza por un padre ausente, llorar por algo que has experimentado, o sentir compasión por ti mismo por haber perdido algo o alguien al que amabas mucho. Los recuerdos más recientes, como un conflicto en el trabajo o una ruptura difícil, también se pueden trabajar de manera similar. Hay una buena cantidad de investigación para apoyar la teoría de que las emociones pueden cambiar las emociones.