17 de septiembre de 2018

Experiencias difíciles y dolorosas con otras personas importantes

¿Has experimentado como niño que aquellos que se suponía que debían cuidarte te maltrataban o te hacían cosas que no debías haber experimentado? Es muy confuso y doloroso para los niños experimentar maltrato por parte de aquellos que debería amarles y cuidarles. Puede crear muchas dificultades más adelante en la vida, tanto en lo que se refiere a cómo relacionarse con otras personas como a cómo sentirse bien con uno mismo.

Este ejercicio trata de explorar y trabajar con experiencias dolorosas con personas que han sido y quizás todavía son importantes para ti. Por ejemplo, tus padres pueden haberte descuidado y/o te pueden haber maltratado cuando eras niño. O puedes haber experimentado una traición grave por parte de un miembro de la familia, un maestro, un sacerdote u otros. El propósito de este ejercicio es explorar tus propias experiencias con el otro y el ejercicio consiste en imaginar un diálogo con el otro. El objetivo del ejercicio es llegar a sentir y expresar los sentimientos difíciles que llevas contigo como resultado de lo que sucedió.

Sólo debes hacer este ejercicio si tiene personas disponibles en su vida que puedan apoyarte cuando tengas dolor o tengas dificultades. Si tienes grandes dificultades para lidiar con la vida, deberías considerar buscar ayuda profesional. Sin embargo, recuerda que incluso las experiencias más dolorosas de la vida pueden ser resueltas y convertidas en algo manejable. Sin embargo, no siempre se puede hacer por tu cuenta, así que búscate una buena ayuda.

Preparación - Escriba lo que quieres abordar con el otro:

  • ¿Hay uno o más sucesos en cuestión? Describa uno o más sucesos.
  • ¿Qué estaba haciendo o no haciendo la persona que era tan doloroso para ti?
  • ¿Es por ejemplo la forma en que te trataron, que te lastimaron, o que te dejaron solo?
  • ¿Exactamente cómo fue tan difícil para ti cuando ocurrió? Escribe lo que fue doloroso para usted.
  • ¿Cómo te ha influido más tarde en tu vida, como niño y como adulto?
  • Mira los ejercicios Calmar las emociones fuertes o Calmarte a ti mismo, y ve a estos ejercicios si tus emociones se vuelven demasiado abrumadoras.

¿Listo para continuar?

Ahora vas a imaginar un diálogo con el otro. El objetivo está en hablar de lo que sucedió que fue tan doloroso y difícil para ti.

  1. Imagina al otro. Puedes imaginarte todo lo que hay dentro de tu cabeza, o puedes imaginarte a esa persona sentada en una silla vacía frente a ti.
  2. Dile al otro lo que quieres tratar o hablar con él o ella, y lo que la persona te ha hecho. Siéntete libre de usar lo que has escrito para prepararte. Dilo en voz alta como si la otra persona estuviera allí. Di "Tú" cuando hables con el otro como si la persona estuviera allí, y "Yo" cuando hables de tu experiencia al respecto y de tus sentimientos y necesidades.
  3. Cuéntale al otro lo que fue difícil y doloroso para ti y cómo se ha vuelto difícil para ti más adelante en la vida.

Nota: Si el otro sólo te ha herido (y es alguien que a veces también se ha preocupado por ti), es mejor que no le cuentes  tus sentimientos más vulnerables. Más bien, dile a esa persona lo que debería haber pasado en vez de lo que pasó.

  1. Dile al otro que lo que pasó no estuvo bien y por qué no estuvo bien. Cuando se lo dices al otro, ¿cómo lo sientes?
  2. ¿Te estás enfadando? Si puedes sentir que te enfadas, deje que este sentimiento permanezca. ¿Qué quieres decir y hacer? Díselo al otro.
  3. B: ¿No sientes nada? Si no siente nada, vulve al paso previo y cuenta más acerca de lo que sucedió y cómo esto fue doloroso y difícil.
  4. C: ¿Te asustas, te pones triste o te avergüenzas? Si te asustas, te entristeces o te avergüenzas, entonces mira a ver si puedes decirte a ti mismo que no es de extrañar que lo hagas, y repite por qué lo que pasó no estuvo bien.
  5. Una vez que le hayas dicho al otro cómo te sientes, escribe la disculpa que necesitabas escuchar de la otra persona. La disculpa puede contener lo que el otro ve que ha hecho mal, que se da cuenta de lo que debe haber supuesto para ti, una disculpa sincera y lo que el otro debería haber hecho o puede hacer ahora. Lee la disculpa  ynota lo que se siente al oírla.
  6. Dedica unos minutos a recapitular y ver que quieres hacer en tu vida de aquí en adelante.

Algunas personas también necesitan confrontar a la otra persona en la vida real. Se recomienda que sólo lo haga si...

  1. Ha hecho los ejercicios anteriores y sabe con qué quiere confrontar a la persona.
  2. Comprueba si tienes una buena comprensión de tus emociones relacionadas con lo que pasó.
  3. Ten un buen apoyo en otras personas antes y después de hablar de ello con la persona.
  4. Comprueba si generalmente te las arreglas para lidiar con los sentimientos difíciles sin entrar en conflicto con otros o que lidias con las emociones de una manera que te hiera (abuso de sustancias, autolesión, etc.).

Si puedes responder afirmativamente a los puntos 1, 2, 3 y 4, entonces puedes considerar confrontar al otro usando las siguientes recomendaciones.

Confrontar a la otra persona en la vida real

A veces un diálogo imaginario con otra persona será suficiente para tratar con las emociones difíciles. En otras ocasiones el diálogo de las imágenes puede dar acceso a sentimientos de querer realmente confrontar a la persona que te hirió. No hay directrices absolutas sobre lo que es mejor, aparte de lo que tú sabes que es mejor para ti. ¿Quizás el ejercicio que hiciste fue suficiente para ti en ese momento? ¿O tal vez necesitas hablar con la persona que te ha estado hiriendo? El objetivo de la confrontación es contarle al otro sobre tus experiencias de lo que pasó y cómo eso ha sido difícil para ti. Tal vez el otro pueda entender y conocerte en tus experiencias, pero esto no siempre sucede. Puede ser complicado para el otro escuchar lo que le vas a decir.

Es importante encontrar un momento adecuado y la oportunidad para una conversación ininterrumpida con la otra persona. Si la persona es alguien que sólo te ha hecho daño, o incluso alguien que puede ser peligroso para ti (por ejemplo, una persona violenta), es mejor imaginar el diálogo en el ejercicio anterior.

Algunas pautas para confrontar a alguien y hablarle de tus dolorosas experiencias con él:

  1. Cuéntale al otro lo que ha sido difícil para ti. Sé consciente de que es tu experiencia, pero trata de conectar y expresarla tal y cómo la experimentaste.
  2. Da ejemplos específicos de lo que sucedió.
  3. Cuéntale a la persona cómo todo eso se volvió doloroso y difícil para ti, tanto en ese momento como en la vida después.
  4. Dile al otro que no estaba bien tratarlo de esa manera y que merecías ser tratado de manera diferente. Si realmente quieres una disculpa del otro, puedes hacérsela saber.
  5. Dale tiempo al otro para que reaccione. No siempre es fácil oír esas cosas. Tal vez puedas mostrar comprensión por esto, mientras te mantienes fiel al hecho de que necesitas contarles tu experiencia al respecto.
  6. Estate preparado para que no obtener la respuesta que deseas. Recuerda que este es el comienzo de tu proceso de cambio. No significa necesariamente que el otro va a cambiar.
  7. Si el otro está tratando de entender o de hacer preguntas, trata de responder tan calmada y honestamente como puedas, sin tratar de herir al otro.
  8. Si el otro sólo se defiende a sí mismo o no acepta tu experiencia, aférrate a tu experiencia, dile que tú le has dicho lo que necesitabas decirle, y que era importante para ti que el otro se enterara de ello.

Procesar del ejercicio

Es una buena idea dedicar algún tiempo a recapitular cómo este ejercicio te ha afectado. Escribe algunas reflexiones.

  • ¿Qué pasó?
  • ¿Cómo te sentiste al decir la verdad?
  • ¿Cómo percibiste que el otro reaccionó?
  • ¿Qué desearías que hubiera pasado que no pasó?
  • ¿Qué necesitas para seguir trabajando en esto?
  • ¿Cómo quieres que esto te afecte más adelante en tu vida?